Diane, una joven estudiante cristiana de la universidad, estaba en casa por el verano. Fue a visitar algunos amigos en la noche y por quedarse platicando se le hizo muy tarde, más de lo que había planeado y tuvo que caminar sola a su casa. No tenía miedo porque vivía en una ciudad pequeña y vivía sólo a unas cuantas cuadras del lugar. Mientras caminaba a su casa, pidió a Dios que la mantuviera salvada de cualquier mal o peligro. Cuando llegó al callejón que le servía como atajo para llegar más pronto a su casa decidió tomarlo. Sin embargo cuando iba a la mitad, notó a un hombre parado al final del callejón y se veía como que estaba esperando por ella Diane se puso nerviosa y empezó a rezar a Dios por protección. Al instante un sentimiento de tranquilidad y seguridad la envolvió, sintió como si alguien estuviera caminando con ella; llegó al final del callejón y camino justo enfrente del hombre pero no pasó nada y llegó bien a su casa. Al día siguiente, leyó en el periódico que una...