Solamente espero y deseo que la vida me entregue a su debido tiempo algo tan intenso, cicatrizante y marcante para el resto de mi vida, como fueron esos dias en mi vida que pude compartir con Rebeka. De ser asi, ojala con ella, poder volver a tenerla junto a mi. Quizas por ser un crio o quizas porque el destino lo quiso asi, no supe jugar bien mis cartas, ni supe valorar lo que tenia. Posiblemente miedo a la distancia, a no volver a sufrir como sufri aquel dia en el que me separe de ella sin saber que seria para siempre.
A dia de hoy podria decir que he vivido un dolor similar en dos ocasiones a lo largo de mi vida. La perdida de Rebeka y la perdida de mi madre. Un dolor irremediable, inmedible, irreversible, insoportable, con el cual tienes que aprender a vivir, por las buenas o por las malas, si o si, porque no tienes vuelta atras. O aprendes, o te hundes.
Somos tan insignificantes que tenemos que darnos de bofetadas en la vida para apreciar lo que tenemos, lo que es el amor, el cariño, la compañia, el calor familiar…. Que triste es tener que perder a gente querida para darte cuenta de todas estas cosas tan basicas, que las hemos tenido desde el primer suspiro de vida y no las hemos sabido apreciar como es debido.
La realidad fue inminente. Casi tanto como la ruptura. Hablo de realidad porque es la que estoy viviendo a dia de hoy. Llamarme iluso, flipao, loco, lo que querais, pero sigo viviendo dia a dia con la esperanza de volver a cruzar nuestras vidas, hablar de lo ocurrido, de los fallos que tuvimos, de sincerarnos, solucionar las tonterias del pasado y abrir nuestros corazones para poder compartir nuestras vidas, nuestras risas, nuestras historias del dia a dia, nuestras penas, y poder tenernos el uno al otro para darnos animos, apollarnos a seguir adelante, compartir y crear una familia, con su gran sonrisa, su simpatia, su cariño inmesurable y mi fuerza de voluntad para que todo funcione y vaya bien, haciendo todo lo posible para no volver a cometer ningun error, ninguna tonteria, porque ya somos adultos, dos adultos que hablando por mi quizas no sepa lo que quiero, o quizas quiero pensar eso, pero que realmente puedo asegurar que si que se lo que no quiero.
Y podria decir a voz y a grito que lo que no quiero es volver a perderla si la vida me la vuelve a cruzar en mi camino.
Gracias Rebeka, no se como lo hiciste, pero has conseguido que alguien no deje pasar ni un segundo de su vida sin dejar de pensar en ti, recordarte y quererte.
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